El verano es una época en la que, los cambios de rutina hacen que descuidemos un poco la alimentación. Esto es frecuente en los adultos, pero en los niños es aún más acusado, ya que el periodo vacacional es mucho más largo para ellos y por lo tanto están sometidos a más cambios aún.

Los cambios de residencia (al pueblo con los abuelos, a la playa con los tíos...), los cambios de personas que se encargan de su alimentación, los cambios en los horarios de sueño...

Es muy fácil que los niños reciban continuos "caprichos gastronómicos" en verano por parte de las personas que se ocupan de ellos, a cambio de portarse bien durante las vacaciones. Esto acaba tirando al traste todo el trabajo de educación alimentaria que hemos realizado durante los meses de invierno.

Nuestro organismo necesita recibir una cantidad de nutrientes diarios que son necesarios para poder realizar las funciones vitales, es decir, para que nuestro metabolismo funcione de la manera más óptima. Cuando no recibe la proporción adecuada de esos nutrientes, nuestro organismo necesita realizar un esfuerzo adicional que no es beneficioso.

Tenemos que tener en cuenta que los niños están en un proceso de crecimiento que exige mayores requerimientos de nutrientes. Además realizan más ejercicio que los adultos, por lo general, ya que se pasan el día jugando y en verano realizan muchas actividades que implican un gran gasto calórico, como nadar en la piscina o en la playa. Las condiciones climatológicas, con mayor temperatura, también suponen más gasto calórico por la regulación de la temperatura corporal. En resumen, los niños necesitan llevar una alimentación muy equilibrada durante los meses de verano para que su metabolismo sea adecuado y por lo tanto su crecimiento y estado de salud, además de su estado anímico, sean los correctos.

Unas sencillas pautas pueden valerte para que tus hijos tengan una correcta alimentación en el verano.

• Elabora un menú equilibrado con los siguientes consejos y ofréceselo a las personas que están al cuidado de los niños y se encargan de su alimentación. De esta manera les facilitarás la tarea.
• No dejes que duerman hasta demasiado tarde, para que tengan un horario de comida adecuado.
• Ofréceles un desayuno con un lácteo (leche, yogur, queso) una fruta y un cereal (pan, cereales de desayuno, avena, maicena, etc...). Evita la bollería industrial.
• Ofrece a los niños fruta siempre a media mañana y a media tarde. Puedes preparárselas con lácteos o mezclársela con algo que les guste (batidos de frutas, manzana con caramelo, plátano con chocolate líquido).
• Intenta llevar algo de fruta en la bolsa de la playa, la devorarán cuando salgan del agua. El melón con limón es muy refrescante y quita la sed y el hambre a la vez. Lo puedes llevar cortado en un tupper.
• Intenta poner en las comidas siempre pasta, arroz, legumbre o platos con patata (como la ensaladilla). Estos alimentos contienen gran cantidad de hidratos de carbono que les proporcionarán toda la energía necesaria para el día. Si los preparas en ensalada serán más apetecibles en épocas calurosas. Acompaña estos platos con ensaladas, ricas en antioxidantes y vitaminas que ayudarán a proteger la piel del sol.
• En las cenas pon siempre una verdura y ve alternando entre carne, pescado y huevo, una cosa diferente cada día. Asegúrate de que 2 veces a la semana coman pescado.
• DA EJEMPLO SIGUIENDO TÚ LA MISMA ALIMENTACIÓN.
• En la siguiente página web encontrarás muchas recetas equilibradas y fáciles de cocinar www.midietasana.com (en el caso de que desees adelgazar, cuenta con un plan de adelgazamiento que utiliza esas mismas recetas en sus menús y sigue las bases de una dieta equilibrada)

Susana Portillo

Nutricionista

www.midietasana.com