Cuento-Receta: TRAMPANTOJO DULCE DE MORCILLA
Hamza ahora tiene siete años. Hamza ahora es feliz y cualquier motivo es suficiente para reír. Hamza es el único niño negro de su clase. Es somalí. Es un niño muy nervioso como su deslumbrante sonrisa. Vive con Carlos y Ana, “son mis padres blancos” dice a menudo para presentarles a sus amigos. Sus padres no llegaron a la playa esa noche terrible. Estuvo unos días en una casa con más adultos y niños. Algunos se conocieron de viaje atravesando África y unos pocos en la patera.
Hamza es feliz en su nueva vida. Para Carlos y Ana, después de intentar tener un hijo durante tanto tiempo, Hamza fue un regalo vital.
Aunque ya tenía siete años Hamza no sabía que era la Navidad. “Es una celebración, la más importante del año. Celebramos que nació Jesús. ¡Lo pasaremos genial! La ciudad se pone muy bonita. Papá Noel traerá regalos”. Intentaba explicarle Ana a su hijo la que sería su primera Navidad. Hamza no lo entendía demasiado pero se reía y pensaba en los regalos que le llevaría Noel.
Unos días antes de llegar la Navidad, un domingo frío como no había conocido nunca Hamza, Calos, Ana y el pequeño salieron a comer un restaurante. Papá y mamá habían quedado con unos amigos y este restaurante tenía una sala especial para niños. “Conocerás más amigos y podrás jugar con ellos” Le explicó Carlos para que el pequeño se hiciera a la idea. La otra parte era una reunión exclusivamente para adultos. Llegaron “El restaurante imaginario” leyó en voz alta Hamza. Según entraron los papás se dirigieron a su salón y una alegre monitora le indicó a Hamza dónde estaba su sala. Un salón lleno de niños ante su perplejidad. Estaban todos jugando y Hamza rio. De repente tal y como avanzó su feliz sonrisa se tornó por la de asombro “ ¡Aisha! ¿Aisha?” “¿Hamza?” Saltaron una mesa que les separaba y se fundieron en un abrazo. El rostro de Aisha se llenó de enormes lágrimas, Hamza se rió. “¿qué ocurre?
Preguntó la monitora sorprendida. “Nos conocemos” dijo Hamza. “sí, nos conocemos. Estubimos abrazados toda la noche para no tener tanto frío hasta que nos separaron los médicos”. “Jugábamos mucho en la casa de acogida!” puntualizó Hamza.
Fue un día muy especial, un día increíble. “Mamá, ya sé qué significa la Navidad. Significa felicidad y ¡mi regalo ha sido volver a ver Aisha! ¿Volveremos a este restaurante?” conteniendo la emoción Ana le respondió: “las veces que desees, hijo”
TRAMPANTOJO DULCE DE MORCILLA | ||
Ingredientes:
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¿Cómo hacemos?
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Autor-colaborador: Iván Pledemunt
Restaurante PLADEMUNT
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