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Cómo favorecer la autoestima de los niños

Favorecer la autoestima en nuestr@s hij@s es fundamental, e implica ayudarles a tener confianza en lo que pueden hacer,

a estar deseosos de aprender nuevas cosas día a día, a tener una vida social aceptable y satisfactoria y sobre todo a poder disfrutar de lo que hacen.

Por el contrario, el niño con una baja autoestima se vuelve sensible, preocupado por lo que los demás piensan de él y pierde el interés en sus ocupaciones.

Como padres podemos mejorar su autoestima si le ACEPTAMOS tal y como es, con sus cualidades y defectos. Veamos algunas pautas:

• La aceptación del niño se expresa: teniendo interés en sus cosas, preocupándonos por su bienestar físico y emocional, y participando en sus actividades, compartiéndolas. Generalmente, los niños que se sienten inferiores es porque se les hace ver con mayor claridad sus defectos que sus cualidades. Para que un niño se sienta bien con él mismo necesita aceptar lo bueno y lo malo que tiene.
• Esto no quiere decir que aceptemos todo lo que el niño hace, sino que lo entendemos como una persona que tiene que ir aprendiendo cómo comportarse y reaccionar ante diversas situaciones. Una buena manera de hacerle sentir que es aceptado, es escucharlo. Cuando estamos con él, aprender cuáles son sus ideas, sus intereses, compartir con él un trabajo o un juego. Si trabajamos mucho o estamos muy ocupados, podemos hacer con ell@s la cena, poner la mesa, salir de compras o arreglar la casa. Es más importante la calidad del tiempo que pasamos con ellos que la cantidad.

Otra pieza clave en la familia para favorecer la autoestima es el RESPETO. Cuando les gritamos, nos burlamos de ellos o los callamos diciéndoles que no saben de lo que hablan, los niños pueden reaccionar pegando a otros niños o discutiendo. A lo largo de la vida les parecerá natural que otras personas los traten de la manera en que fueron tratados. Al llegar a la adolescencia, respetar sus decisiones o su intimidad, en la medida en que van creciendo, también favorecerá que confíen más en sus criterios propios.

La tercera clave para formar la autoestima son los LÍMITES. Esto es, lo que para nosotros está permitido y aceptado y lo que no. Los límites son muy importantes para el niño porque le sirven de guía para saber lo que se espera de él. Si el niño puede saber lo que sucede si obedece o desobedece las reglas, se sentirá más seguro. Sin los límites no tiene forma de saber si está actuando bien o no.
La manera en que le pedimos que cumpla las reglas es muy importante, si se hace con cariño y firmeza, el niño reaccionará con agrado; en cambio, si se hace de forma demasiado dura y sin cariño, o sin firmeza, tratará de no obedecer.
Cuando existan cambios en las reglas o en las rutinas del niño, si se le proporciona suficiente información, se podrán evitar muchos temores y miedos innecesarios. Por ejemplo: en el caso de un cambio rápido de escuela o de casa, cambios en la situación familiar como el divorcio de los padres, la enfermedad de uno de los miembros de la familia, cambios de maestros, etc. Estas situaciones siempre inquietan a los niños pero las explicaciones sencillas sobre lo que va a ocurrir y los cambios que habrán, les ayudan a reaccionar, a sentirse mejor y a adaptarse, porque entonces pueden entender la situación que pasa realmente, sin imaginarse además otras cosas terribles que generalmente no suceden.

Cada niño debe aprender qué es lo que quiere, a tomar sus propias decisiones, a fijarse sus metas y a cumplirlas. Todo ello, contando con nuestro APOYO. Cuando los niños saben lo que quieren hacer, cómo lo van a lograr y lo que les falta para cumplirlo, dirigen todo su esfuerzo hacia esa meta y sienten mucha satisfacción cuando la alcanzan. Esto se logra poco a poco, dejando que vaya tomando pequeñas decisiones: elegir su material escolar, su ropa, las actividades que les gustan, etc. Las mismas actividades serán su recompensa y no necesitará del estímulo de otras personas para sentirse bien.
Los niños que no saben lo que quieren, como no ven la razón para esforzarse, se pasan aburridos la mayor parte del tiempo y se sienten mal si se les obliga a hacer algo. Igualmente, los niños con una baja autoestima, no se esfuerzan por lograr algo ya que su preocupación constante es tratar de no sentirse tan mal y no se exponen por miedo a equivocarse.

El apoyo es diferente a la sobreprotección, ya que cuando ésta se da, les solucionamos sus problemas, hablamos por ellos, inventamos pretextos para que no queden mal y justificamos constantemente su conducta; así, los niños necesitan cada vez más de una persona para que resuelva sus problemas, quedando en desventaja ante los demás porque no se desenvuelven y no encuentran sus propias respuestas para salir adelante. Esos niños se vuelven irresponsables, se enojan cuando se les manda algo y no son capaces de hacer nada por ellos mismos. No es bueno ni beneficioso para el niño protegerle de todos sus problemas. Si queremos que el niño sea cada vez más autónomo y se enfrente a los problemas con confianza, podemos ayudar diciéndole cómo lo puede lograr, guiándole, pero no resolviéndoselo.

Afip Alcalá
Psicólogas Especializadas
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