No tengo muy claro que esta palabra sea la más adecuada para definir lo que siente una madre cuando tiene que dejar a su pequeño/a de 4 meses y volver a su puesto de trabajo.

Ni tampoco cuando aun habiendo dedicado todo nuestro tiempo a la crianza, tienes que volver a trabajar y adaptarte a comentarios o a destituciones sólo por haber sido madre, o a simplemente volver a casa cansada y con sueño y atender a tus hijos/as con muchas ganas de verte.

Es cierto que yo estoy deseando ver a mis hijos después de una jornada sin ellos, en mi
cabeza se agolpan muchos pensamientos y sentimientos, ¿Cómo lo harían nuestras madres, abuelas? y ¿Por qué en otros países las cosas son tan distintas? ¿Por qué, en España, una madre se enfrenta sola sin ningún tipo de apoyo legal o laboral?

Creo que hay un gran esfuerzo y sacrificio detrás de cada largo dia, planificación de comidas, sueño retrasado,noches en vela, atención dividida, largas distancias hasta volver a casa, y ¿cuánta necesidad hay?, de un abrazo, un achuchón, o un poco de escucha activa, es complicado, porque cada uno vivimos en un universo único y personal, y cuando nos adentramos en la maternidad, las prioridades cambian, y nuestros universos también cambian.

Conciliar es también conciliar en familia, dentro del núcleo, respetar y cuidar a todos los que pertenecemos a esa familia, conciliar es saber que hay apoyo en casa, o cerca de casa, para poder recuperar fuerzas y seguir en la ardua tarea de la maternidad.

Luchemos por una conciliar en condiciones,porque la mujer tenga apoyo real, tanto dentro como fuera de casa y que esto sea una batalla más de las muchas que nos quedan.

Para todas las que trabajamos fuera y dentro de casa, o ambas, para todas las que a diario siguen después del trabajo con ganas de abrazar, y amar, y de ser amadas, amar a su familia sea cual sea la forma que tenga ésta, y seguir entregando los mejor de cada una.

Articulo escrito:
Andrea Piñero Cabeza