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Confinamiento de nuestros hijos en familia

Estos días recibimos mucha información, demasiada donde uno mismo provoca corte informativos para liberar tanto bombardeo. A partir de uno de esos mensajes virales que le llegan a uno, de esos a los que al leerlos les das parte de razón, es el punto de partida de esta reflexión, la vida con nuestros hijos y lo que hacemos.

La historia de mi reflexión parte del mensaje recibido y que según indica fue escrito por Armando un enfermero de pediatría dónde titulaba "Qué poco nos costó esconder a los niños", a lo mejor lo has recibido entre tanto mensajes. "Fueron los primeros que desaparecieron. Primero cerramos las aulas, luego los parques y luego a todos ellos." ya nos pone en situación de como las vida de nuestros hijos a cambiado, su día a día, su entornos, sus amigos y sus horarios de obligaciones. Ahora el juego y otras actividades recreativas de su edad se ven limitada al entorno de casa.

Nos hace pensar e incluso sentir mal cuando nos relata la realidad de la vida de nuestros hijos desde que nacen al decir "saltando de nuestros brazos a los de nuestros padres, o a las escuelas infantiles: que no molesten, que tenemos cosas que hacer. De casa a la escuela infantil y viceversa, después, de casa al cole, un rato de parque y/o extraescolares, y corre que nos falta baño, cena, cuento y cama, que mañana empieza otro día". Ahora todo ha cambiado en estas dos semanas que llevamos en casa. Estamos todos juntos, padres e hijos las 24 horas en una situación que no es fácil y que llevamos lo mejor que podemos o nos dejan. Paciencia para seguir adaptando el horario de unos y otros, no nos queda otra hasta que esto termine.

Por último en el mensaje recibido, hace una reflexión en general para que pensemos en el pasado de cara al presente "Podríamos haber priorizado su bienestar, pero una vez más, nos olvidamos de ellos" y lleva razón, supongo que hay asociar ese bienestar a felicidad, pues para ellos también es difícil este cambio, para que lo tengamos en cuenta. Invita a buscar los momentos para escucharles, hablar con ellos, para jugar y para cambiar a una rutina más familiar, que no tenemos (en general de sociedad).

Cada familia tanto padres tienen sus formas para educar en base a sus valores, principios, creencias y otras variables (económica, lugar, recursos, ...) pero no olvidemos el valor de la familia, los sentimientos que os unen y como padres deberíamos estar obligados internamente a disfrutar de nuestros hijos, para transmitirles esos momentos de felicidad por ejemplo jugando con ellos, pues jugando ellos aprender, se relacionan y se crean vínculos, que mejor con sus padres. Y esto es mejor y más importante que ver la series de la tele.

Mi reflexión adicional es que no creo que sea sólo un problema de los padres, más bien creo que más del 50% es de la sociedad y la filosofía impuesta implícitamente del egoísmo, las apariencias y las ganas de consumismo, eso que llaman el estilo de vida en los países desarrollados (no todos, unos más que otros, pero la mayoría).

En muchos casos, muchos, trabajan para completar o cumplir con esa filosofía, queriendo escalar al siguiente nivel cómo en los videojuegos.

Otra causa es que no aprendemos de la experiencia de los mayores, los que ya han vivido la vida y saben lo que es importante, aquellos que han tenido desgracias y aprenden a valorar mejor la vida, aquellos que a toro pasado tienen la perspectiva del pasado en décadas, aquellos que nos enseñan el resumen de los aciertos y los errores para aprender, que nos dicen por lo que vale la pena vivir y luchar. Todo esto no lo enseñan en la escuela, ni en el trabajo, lo enseña la familia y es aquí dónde enlazo con lo enviado, la vida familiar, la relación con nuestros hijos, la comunicación con los que nos rodean y quieren. Todo aquello que se vive en casa ahora de manera amplificada para lo bueno y para lo malo, que cada uno lo atienda con sus mejores capacidades y sentimientos, y para ello lo mejor que puede hacer es pensar y reflexionar en todo este tiempo que tenemos para salir adelante. Todos vamos a necesitar mucho ingenio en estos tiempos.

Así que ya que estamos en casa tanto tiempo en familia, pues que mejor decisión de hacerlo lo mejor posible para convivir y disfrutar con los que estamos en casa, nuestra familia. Intentar minimizar los problemas, relativizar las cosas, hasta la información, y con suerte, la mayoría saldremos mejor de cara a la vida que nos queda, aprendemos un poco más para adaptarnos a los cambios, aprenderemos que con poco se puede también ser feliz en familia.

Una propuesta para terminar, a estas alturas muchos somos conscientes de que todo a cambiado, dediquemos parte o todo ese tiempo que no dedicamos a la sociedad de antes a nuestros hijos. Pensemos que ellos no son los que tienen esa cantidad hermosa de problemas que nos rodean, somos responsables de protegerles como padres, así que vamos a aislar a nuestros peques de los problemas, perjuicios y otras lindezas de adultos para que sean felices en la situación actual.


Si tienes un problema, seguro que tiene solución, sólo hay que hacer caso a Winnie the Pooh en las 3 cosas más importantes para solucionarlo: THINK, THINK, THINK (PIENSA, PIENSA, PIENSA).

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