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Terapia neurosensorial

La base de todo desarrollo humano comienza por un correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso central.

Las personas sentimos, vivenciamos y experimentamos el mundo que nos rodea a través de los sentidos.
En la terapia neurosensorial se trabaja ante diferentes tipos de estimulación para favorecer un correcto desarrollo del sistema vestibular, propioceptivo y sensorial el cual está íntimamente relacionado con el aprendizaje que desde niños adquirimos.
La terapia se inicia a través de una evaluación sobre su control psicomotor, vestibular, propioceptivo, visual, auditivo, táctil… Una vez determinadas las causas que están impidiendo el correcto desarrollo y funcionamiento del Sistema Nervioso del niño, se marcan los objetivos dentro de la sala de estimulación y trabajando según las necesidades detectadas.
El método de trabajo es sobre todo lúdico para poder favorecer una mayor integración y motivación en el niño.
Signos de alerta
Los niños con dificultades en el procesamiento de la información sensorial suelen presentar alguna de las siguientes características:
• Dificultades en el procesamiento de la información visual.
• Dificultades en la integración auditiva. Hipersensibilidad ante sonidos y/o luces de cierta intensidad
• Hipersensibilidad táctil. Rechazo ante diferentes texturas, tocar objetos, contacto físico.
• Dificultades en la integración vestibular. Rechazo en actividades que impliquen movimiento, alturas, correr, saltar.
• Es más lento, se cansa con facilidad, etc.
• Falta de coordinación. El niño se tropieza con facilidad, tiene poco equilibrio… tiene dificultades para llevar a cabo actividades manuales.
• Hiposensible a los estímulos. El niño busca continuamente estímulos para sentirse seguro y reforzado. Busca tocar, oir ,ver, oler con mucha insistencia y e intensidad.
• Hipersensibilidad alimentaria. El niño no tolera la textura de algunos alimentos, no quiere comer sólidos, rechaza ciertos sabores, etc.
• Le cuesta quedarse dormido, se despierta con facilidad, se muestra irritado a la hora de dormir.
• Falta de regulación emocional: Cambios bruscos del estado de ánimo, respuestas exageradas y poco congruentes con el estímulo desencadenante, rabietas, nerviosismo, apatía, etc.

C/ Andújar 4
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