Una de las ocupaciones y preocupaciones en las familias con niñ@s es la elección de los juguetes.

La presión social y mediática relaciona estas fechas con la compra compulsiva de comida, regalos, juguete y en muchas casas supone un verdadero quebradero de cabeza para que esto no afecte a los niños/as.

Tanto si por dificultades económicas no se pueden atender sus “necesidades”, que siempre son infinitas o porque vemos año tras año a nuestros hijos dejar juguetes sin abrir hasta febrero por el exceso de ellos, os lanzamos una serie de claves para que las podáis tener en cuenta en vuestra elección. Nos gustaría comenzar por describir el juego como la forma más positiva y adecuada de aprendizaje en la infancia. Y los juguetes, como una herramienta que posibilita que favorezcamos su desarrollo y evolución. Para tener esto claro, sólo hay que pensar en las funciones que cumplen y cómo influyen en el desarrollo de los procesos de aprendizaje:

• Proporcionan placer y diversión.

• Ayudan al niño a satisfacer su enorme necesidad de explorar, crear, inventar, imaginar y fantasear.

• Fomentan y desarrollan la creatividad.

• Estimulan el interés y el aprendizaje de los distintos roles sociales.

• Favorecen la proyección en ellos de sus angustias, temores y deseos insatisfechos.

• Desarrollan su personalidad de forma autónoma y creativa, definiendo sus gustos y estableciendo lazos afectivos.

• Desarrollan las funciones físicas y psíquicas necesarias para los futuros aprendizajes: andar, correr, saltar, motricidad gruesa y fina, percepción sensorial, lenguaje, etc

• Favorecen que aprendan a conocer su entorno y a interaccionar con las personas que lo constituyen.

• Promueven que alcance cierta madurez antes de la escolarización obligatoria, desarrollando mecanismos de control de su estabilidad emocional: aprender a jugar solo o en compañía, asimilar cuándo jugar y cuándo no, compartir los juguetes, etc.

• Facilitan que aprenda a superarse, aumente su autoestima, su confianza en sí mismo y en las personas que le rodean.

• Fomentan que comiencen a interiorizar algunas normas de comportamiento y disciplina.Es importante elegir los juguetes de acuerdo a la etapa en que se encuentra el/la niñ@, porque a medida que va creciendo, el juego evoluciona, no sólo porque van cambiando sus gustos e intereses, sino porque van adquiriendo nuevas capacidades que debemos tratar de potenciar.

Aquí tenéis una serie de recomendaciones de juguetes según la etapa en la que se encuentre el niño/a.

1. Juego sensoriomotriz o funcional (0-2 años)

En esta etapa, los juguetes más adecuados son los que tienen luces, texturas, colores, sonidos, e interactúan con el niño. También las torres de figuras y los puzles sencillos. A través de todos ellos, estaremos favoreciendo el desarrollo del lenguaje, su capacidad psicomotriz y otros aspectos como la atención, la concentración y la memoria. Al principio de esta etapa, atraen su atención los juguetes que pueden empezar a agarrar y hacen sonidos o tienes texturas distintas que pueden tocar y morder. Conforme vayan moviéndose de forma más autónoma, son muy positivos los juguetes que les permiten desplazarse como los andadores o las bicicletas de tres y cuatro ruedas, porque potencian su desarrollo psicomotor. Por supuesto, para que el leguaje se vaya desarrollando de forma paralela, son fundamentales los primeros cuentos infantiles.

2. Juego simbólico (3-6 años).

Simbolizan con el juego situaciones reales y así se preparan para ellas (juegan a ir a comprar a una tienda, a ser papás y mamás, a desarrollar profesiones…) En este caso, los juguetes elegidos, deben favorecer el desarrollo de la creatividad y la fantasía, pudiendo el niño experimentar la diferencia entre lo que es real y lo que no. Por ejemplo jugando a personajes fantásticos, juegos que le permitan ponerse en el lugar de diferentes roles.
Al mismo tiempo, los cuentos adecuados a su edad, son básicos para su desarrollo y además alimentan su fantasía e imaginación, claves en esta etapa.

3. Juego de reglas (A partir de los 5-6 años).

A partir de esta edad, es necesario que los juguetes sean más complejos, que tengan que cumplir ciertas normas para poder jugar con ellos. Favorecemos así el aprendizaje de conductas elaboradas que desarrollen hábitos positivos, y que le lleven a relacionarse con los demás. De esta forma, los juegos que potencian su memoria son muy positivos para los momentos de juego en solitario, pero además debemos fomentar otro tipo de juegos que les de la posibilidad de compartir con los demás su experiencia. Por ejemplo juegos de mesa que impliquen vincularse (relacionarse) con los demás para poder jugar, y juegos de exterior, como la pelota, la bicicleta, etc.
Otro aspecto importante que debemos hacer consciente, es que los juguetes que elegimos transmiten ciertos valores y os invitamos a reflexionar sobre ello. Por ejemplo, podemos imponerles desde nuestra elección algunos estereotipos, que son propios del mundo adulto, no del mundo infantil. Si por ejemplo una niña quiere jugar al fútbol, o un niño quiere jugar con una casa de muñecas, somos los adultos los que tenemos reticencias al respecto. En su mundo no hay aún estereotipos ni conductas diferenciadas por el sexo, son sólo diferencias en cuanto a sus gustos y sus particularidades, somos nosotros los que se las imponemos. Será importante entonces tener en cuenta que a la hora de elegir los juguetes, y también el número de juguetes, estaremos decidiendo de forma más o menos consciente la transmisión de ciertos valores. Este campo es muy particular según cada familia, pero os invitamos a reflexionar en concreto sobre si los juguetes “elegidos” transmiten o no valores como: el respeto a las diferencias, la tolerancia, la educación no sexista, la violencia, la creatividad, la cooperación, el consumismo, etc.
Sin ánimo de transmitir que la elección de los juguetes es algo complicado, si queremos recalcar las implicaciones que supone para el desarrollo de los niñ@s y la convivencia de las familias. Por ello, os invitamos a que antes de guiar a vuestros hijo@s escribir la Carta a los Reyes Magos, os toméis un tiempo para planificarlo racionalmente. Sentaros con vuestra pareja y analizar el objetivo de vuestra familia en los juguetes de este año, según el momento de desarrollo de vuestros hij@s los valores que creéis deben aprender. Una vez decidido, compartirlo con las otras personas implicadas en la elección de los juguetes (abuelos, tíos, etc) para actuar todos en consonancia y poder participar de la ilusión que suponen estas fechas para los pequeños sin perdernos en preocupaciones o discusiones.

Afip Alcalá
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